¡Muy buenas maquillantas!

Hoy traigo un tema por el que me preguntasteis a menudo durante mi embarazo y que tenía pendiente de compartir, así que espero que os sea útil y os ayude 🙂

Ya sabéis que durante el embarazo la piel se estira considerablemente, y no hablamos sólo de la de la tripita, sino que por ejemplo la del pecho también sufrirá importantes cambios.

En mi caso, en cuanto me enteré de que estaba embarazada comencé por lo más importante en cuanto a hidratación se refiere: BEBER MUCHA AGUA. Y es que por mucho que nos esmeremos en aplicar cremas en la piel, nunca debemos olvidar que la principal aportación de hidratación a nuestra piel vendrá desde dentro. He tenido clientas con la piel ultra seca que juraban y perjuraban aplicarse de las mejores (y caras) cremas del mercado, pero cuando les preguntaba que si bebían bastante agua… agachaban la mirada y reconocían que les costaba un montón.

Esto, en palabras llanas, es tan importante porque las cremas (o aceites o lo que quiera que apliquéis sobre la dermis) están más bien destinadas a ralentizar la pérdida de agua de nuestra piel, ayudando así a que permanezcan más tiempo hidratadas y por tanto no sufran tanto, pero si la piel de per sé no tiene agua que perder…poco hacemos. Así que sí, el primer paso aquí sería BEBER BASTANTE AGUA.

En mi caso siempre he sido muy mala para esto, ya sabéis, en casa del herrero… pero durante el embarazo el propio cuerpo me lo pedía y la verdad es que bebí mucha mucha agua, sin necesidad de alarmas ni de auto-obligarme.

Otro punto fundamental y que os digo ya que no podréis controlar es LA GENÉTICA. Sí sí, tal cual. Ya podéis beber todo el agua que queráis, y poneros todas las cremas específicas del mercado que compréis, que como vuestras madres, abuelas, tías… hayan tenido estrías, es más que probable que vosotras también, eso sí, podremos minimizarlas haciendo las cosas bien y que esa predisposición genética con la que partimos no llegue a más 🙂

Por último, entramos en la fase potinguil. Aquí he de decir que partimos de la base de que soy un tanto escéptica en cuanto a cremas que te prometen el oro y el moro, y esto es así para la celulitis, para el embarazo y para mil historias más. Ojo que no dudo que estén especialmente formuladas para este fin y que sus principios activos vayan genial, pero creo a nivel personal que es tan poco el porcentaje de lo que puede variar, que yo elegí no complicarme y tirar sencillamente de cremas nutritivas (más que hidratantes) y de aceites que sirven especialmente para dar elasticidad y prevenir o tratar estrías. También he de decir que la mayoría de estas reputadas cremas (como la Nivea de lata azul, el Trofolastín, etc…) contienen lanolina, y yo al ser vegana no las consumo.

Repetía la rutina de cuidado de la piel tanto al levantarme como al ducharme por la tarde-noche.

En primer lugar aplicaba la crema, que en mi caso durante todo el embarazo fue la de aceite de oliva (quería haber probado alguna más, pero mi señor esposo la compró a pares y me duró TODO el embarazo) por la mañana y las de Lush por la noche, ya que tienen lavanda entre sus ingredientes y, además de oler divinamente, va genial para conciliar el sueño.

Posteriormente aplicaba el aceite pertinente. Empecé usando el de almendras dulces de Mercadona y en poco tiempo lo sustituí por este de Farmacia La Espartería que contiene aceite de argán, aceite de macadamia, aceite de almendras, aceite de algodón y aceite de camelina (y digo yo que alguno algo tenía que hacer jajajaja amén de que las recomendaciones de Geno son Ley para mí). El que estuve usando desde primera hora en el pecho fue el de rosa mosqueta ya que, si bien no me salió ninguna estría en la barriga, sí que hicieron aparición las estrías y desde primera hora en el pecho, sobre el tercer mes, por lo que tuve especial cuidado con esa zona y en el último mes también aplicaba la rosa mosqueta en la pancita 🙂

Por último, y digo esto a nivel informativo ya que considero que antes de nada debéis consultar a vuestro médico/ginecólogo, yo estuve tomando un suplemento de ácido hialurónico (que ayuda a mejorar la hidratación y la elasticidad/flexibilidad de la piel) y zinc (efecto antioxidante).

Y hasta aquí llega esta entrada sobre los cuidados cosméticos en el embarazo chicas, esos fueron mis cuidados cosméticos durante el embarazo, del que mi piel salió bien parada en cuanto a estrías y no mucha flacidez.

Importante también realizar ejercicio suave (yo estuve asistiendo a clases de pilates para embarazadas hasta el último día) y sobre todo daros un margen para la recuperación.

No seamos duras ni especialmnte autoexigentes, no pretendamos estar perfectas en 3 meses (por ejemplo), porque el cuerpo ha pasado por una gran transformación y necesitará su tiempo para volver a su ser, si es que lo hace, porque tampoco tiene por qué… Estamos vivas, evolucionamos, cambiamos, y con nosotras nuestro cuerpo. Aceptémoslo y admirémoslo tal cual, no en vano ha tenido el maravilloso poder de crear vida.

Si habéis llegado hasta aquí os agradezco vuestro tiempo e interés y os deseo lo mejor para vuestro embarazo, parto y, no menos importante, postparto.

Un abrazo enorme maquillantas.

María

CUIDADO DE LA PIEL EN EL EMBARAZO

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